a toucan
Craig Kucia
10 Septiembre - 03 Noviembre, 2021

a toucan, exposición individual de Craig Kucia. Vista de la instalación en L21.

 

a toucan, exposición individual de Craig Kucia. Vista de la instalación en L21.

Toucan (flowers), 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

a toucan, exposición individual de Craig Kucia. Vista de la instalación en L21.

Toucan (orange moon), 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

Toucan (leaves) , 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

a toucan, exposición individual de Craig Kucia. Vista de la instalación en L21.

a toucan, exposición individual de Craig Kucia. Vista de la instalación en L21.

a toucan, exposición individual de Craig Kucia. Vista de la instalación en L21.

Toucan (paint brush), 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

a toucan, exposición individual de Craig Kucia. Vista de la instalación en L21.

Toucan (carrot) , 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

Toucan (giant sun), 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

a toucan, exposición individual de Craig Kucia. Vista de la instalación en L21.

Toucan (purple bulb), 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

Toucan (moth), 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

Toucan (blue crescent moon), 2021

Óleo sobre lienzo

49 x 39 cm

(Esmeralda Gómez Galera) Esta semana, conforme avanzamos con los preparativos de tu primera exposición individual en L21, se ha publicado un devastador informe del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change). Esta coincidencia me ha hecho mirar a tus nuevas pinturas desde un enfoque diferente… Los tucanes son aves tropicales en peligro de extinción y bastante vulnerables. ¿Por qué tucanes en esta nueva serie de trabajos?, ¿has tenido la oportunidad de ver alguna de estas aves en su entorno natural?

 

(Craig Kucia) Elegí el tucán porque busco temas que sean significativos para mí, pero que también estén abiertos a la interpretación. Me gusta la idea de dejar la historia abierta, o poco definida, para que el espectador tenga la oportunidad de volcar en ella sus propios recuerdos.

 

En mi caso, tuve un tío que prestó servicio en la guerra de Vietnam. Era muy callado y nunca hablaba de su experiencia, excepto en una ocasión. Nos contó la historia de un amigo suyo que había sido gravemente herido en la selva y que, mientras agonizaba, miró hacia arriba y dijo: “Eh, hay un tucán”. Todo el mundo se dio la vuelta y miró hacia los árboles, pero no había nada y cuando volvieron la vista, había muerto. Fue una historia muy extraña para escucharla de niño, y se me quedó grabada. Más adelante, ya en el instituto, tuve una pelea con mi mejor amigo y nunca volvimos a hablar. Su madre tenía una adicción obsesiva a las figuras de tucanes y en su casa estaban por todas partes. De modo que hay algo de mi pasado aquí, pero me interesa también el antropomorfismo en general y su lugar en nuestra cultura.

 

El tucán, como muchos otros animales, se ha utilizado históricamente en la publicidad, y esta se ha dirigido específicamente a las clases trabajadoras. El cuadro con el vaso en el pico del tucán es un guiño a los antiguos anuncios de Guinness. En aquella época, y probablemente todavía, la cerveza era una bebida para trabajadores, y Guinness utilizó estos anuncios en un intento de ampliar el atractivo de la cerveza a las clases altas. Me interesaba el contraste que creaba esta imagen y la forma en que conectaba con otro tema que suelo utilizar en mi trabajo: la clase trabajadora y su lugar en la sociedad. Este fue el tema principal de las obras de ballenas.

 

Por supuesto, también está el factor medioambiental. Siempre he pensado en el modo en que utilizamos a los animales para nuestros propios fines sin tener en cuenta su bienestar. Concretamente en este caso, la deforestación en Brasil ha provocado el declive de los tucanes y ha afectado al ecosistema de toda la selva, de formas tan inesperadas como familiares. Los tucanes son parte fundamental del ciclo de vida de determinados tipos de árboles, como el árbol de Jucara, que es, a su vez, esencial para la sombra y refrigeración de los bosques brasileños. Con menos tucanes, hay menos Jucara, y como resultado hace más calor: lo que puede vivir y crecer allí cambiará o ha cambiado ya completamente.

 

(E) En tus pinturas de los últimos años aparecen también otros animales salvajes, como las ballenas. Esa serie de trabajo resuena con la siguiente cita de Herman Melville:

 

“necesitáis llegar a la conclusión de que el gran leviatán es la única criatura en el mundo que debe permanecer hasta el final sin ser pintada. En verdad, una pintura podría acercarse algo más que otras, pero ninguna en absoluto podría contener un considerable grado de exactitud. Por tanto, no hay medio terrenal de expresar el aspecto de la ballena. Y el único tolerablemente viable de que os hagáis una idea de su viviente contorno es asistir a una pesquería de ballenas personalmente.”

 

La única solución que ve el personaje de Melville para quien quiera representar una ballena es tener un encuentro real con una. Quizá pueda decirse lo mismo de otros animales salvajes. ¿Qué opinas de esta idea? En tu caso, ¿de dónde provienen estas imágenes de animales que se convierten en algo icónico en tus cuadros?

 

(C) Es interesante esta cuestión sobre cómo representar algo que quizá nunca hayas visto en persona, y esta idea de la percepción de segunda mano. Esto es cierto para la ballena y el tucán, e incluso para un gran número de obras de arte. Al principio de mi carrera hablé con una galerista sobre un artista cuya obra inspiró la mía. Me preguntó qué me parecía la obra y le confesé que la había visto únicamente en internet, por lo que solo podía imaginar cómo era en persona. Me inspiré en la obra, pero tuve que hacer mis cuadros basándome en cómo imaginaba las superficies. En todos los casos -ballenas, tucanes, arte- está presente la idea de acceso y proximidad.

 

Hoy en día, creo que hay muchos leviatanes con los que la gente nunca ha tenido un contacto real, pero que, sin embargo, les resultan aterradores. Me parece que Melville trata la idea de que el contacto es a la vez más y menos terrible de lo que uno puede imaginar. Por ejemplo, mis ballenas tienen dientes arriba y abajo, como las imágenes del siglo XIX, pero obviamente las ballenas reales no los tienen. Bajo mi punto de vista, la posibilidad de este contacto es un privilegio y una culpa: implica los medios para viajar, o para vivir en determinadas ciudades.

 

Como hombre blanco en el siglo XXI, también tengo que pensar en las formas en que ese contacto ha sido realmente destructivo. Mi familia es muy obrera, así que en cierto modo me identifico con los balleneros y los madereros. Sé que muchos de ellos hacían lo necesario para mantener a sus familias y creían en el trabajo que hacían, pero también que ese trabajo ponía directa o indirectamente en peligro y extinguía poblaciones enteras de animales y personas. Creo que también es en este punto donde la idea del turismo resulta complicada: obviamente, me encantaría visitar las Galápagos o ver un tucán en Brasil, pero sé que el viaje en sí, el privilegio real de ver, puede ser perjudicial.

 

(E) A nivel formal, los cuadros en la exposición “A toucan” se basan en la repetición de una misma figura en primer plano alrededor de la cual tienen lugar variaciones de texturas, colores y patrones… los fondos de las pinturas sitúan a cada una de esas aves en un universo distinto. ¿No puedes contar algo más de tu proceso y de esta relación entre figura y fondo en tus piezas?

 

(C) Mi proceso es muy heterogéneo, pero gran parte de él se basa en el amor real por la pintura y en todas las cosas que se pueden hacer con ella. Me interesan muchos tipos de arte, y ha sido muy divertido citar a algunos de mis pintores favoritos. Me acerqué al arte relativamente tarde, y crecí en una casa con un auténtico batiburrillo de muebles. No creo que hubiera un estilo o una estética concreta, ya que ninguno de mis padres decoraba tanto como compraba. Mi trabajo es igual: tomo prestado de muchos lugares diferentes. El proceso de la serie ha sido inesperadamente fructífero y emocionante en ese sentido.

 

Utilizo exactamente la misma ballena o el mismo tucán una y otra vez, pero estas variaciones, a veces menores, cambian todo el ambiente de forma considerable. Ha sido una excusa divertida para jugar y lucirse en algunos aspectos técnicos, así como una forma de experimentar con estilos y técnicas que no son necesariamente “míos”.

 

(E) Por último, me gustaría saber más acerca del papel de los marcos en estos cuadros, ya que parecen ser una parte imprescindible de la propia pintura. ¿Es su diseño algo que decides desde los primeros bocetos o más bien es algo que te encuentras a lo largo del proceso?

 

(C) En el caso de las pinturas de ballenas, los marcos tenían que parecer encontrados. Su objetivo era indicar que estaban hechos a mano, y al principio hacía los marcos y los cuadros por separado. Eso evolucionó un poco a lo largo de la serie, y me divertí haciendo marcos que se emparejaban más particularmente con las pinturas o ampliaban la superficie pintada para que toda la pieza se convirtiera en un objeto.

 

También pienso mucho en el modo en que el enmarcado hace que las cosas parezcan importantes: da peso a cosas que de otro modo no lo tendrían. En el caso de los tucanes, quería que los cuadros se sintieran “encontrados”, pero queridos: como si hubieran sido enmarcados por alguien que estaba entusiasmado con lo que había descubierto, pero que no tenía necesariamente una formación artística.

 

Una conversación entre Esmeralda Gómez Galera y Craig Kucia.

 

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