Eating a vegan sandwich on the train while listening to country music

Este título sufre de una versión aguda de infodumping. Es un claro ejemplo de exceso de información. Demasiados detalles que dejan escaso margen al lector y le impiden escenificar, a su manera, lo que a continuación le espera. Aunque, indudablemente, la unión del sandwich con la música country y el tren transmita una dimensión saludable, placentera incluso, hubiera sido quizá lo mismo titular este proyecto: Eating a doner kebab on the metro while listening to classical music o incluso, Eating a smoked salmon bagel on the airplane while listening to punk music. No se trata tanto de acumular detalles, como de articular propuestas: variaciones relevantes y válidas para seguir adelante.

La exposición, a la que dicho título se refiere, es la cuarta entrega de un ciclo de cinco exposiciones que pretenden celebrar los diez años de la galería L21. En este caso, se presentan obras de 20 artistas, cuyos nombres detallamos a continuación:

Elena Aitzkoa

Roy Aurinko

Renata de Bonis

Bram Braam

Lucía C. Pino

Stephen Felton

Sebastian Helling

Kirsten Hutsch

Royal Jarmon

Daniel Jensen

Aneta Kajzer

Geran Knol

Alejandro Leonhardt

Mira Makai

Nat Meade

Anna Nero

Julia de Ruvo

Gabriele de Santis

Teresa Solar

Fabio Viscogliosi

Esta es la información esencial y más relevante. En realidad, es una pena tener que realizar una sola muestra. Con estos artistas y sus obras ¡nos encantaría presentar un nuevo proyecto cada semana! A raíz de las obras que han ido llegando a L21 Lab de Palma de Mallorca, hemos articulado una exposición: su instalación, iluminación, recorrido, textos, comunicación, mediación, comentarios. Esperamos además (y sobre todo) que al proyecto se sume el disfrute del público a través de la experiencia de la visita, para continuar así esta celebración que prosigue sus andanzas desde noviembre del año pasado.

“We’re going to be okay, aren’t we Papa?

Yes. We are.

And nothing bad is going to happen to us.

That’s right.

Because we’re carrying the fire.

Yes. Because we’re carrying the fire”.

La escritura de Cormac McCarthy en The Road es lo opuesto al infodumping. El autor norteamericano dedica el mínimo número de signos funcionales a describir los esfuerzos de un padre y un hijo para sobrevivir, después de un no especificado Apocalipsis, en un mundo inhóspito, agotado, exhausto. Gris ceniza y una carretera que hay que recorrer hacia el sur. En su relato no hay información, ni una sola palabra, que exceda lo estrictamente necesario al desarrollo del texto; como si quisiera ‘ir al hueso’, mostrarnos sólo lo esencial. “I just keep going”.

¿Llegará el día en el que finalmente logremos pensar con la rodilla? Esta articulación nos permite andar, estar en movimiento, seguir pese a todo. Funcionamos, quizás en nuestros mejores momentos, como una rodilla. Es entonces cuando activamos un mecanismo -complejo, extraño, imaginativo- que nos permite articular cosas, acciones, pensamientos. “Sea como fuere, pienso con mi rodilla”, admitía Joseph Beuys.

“Evoke the forms. Where you’ve nothing else construct ceremonies out of the air and breathe upon them”; es una consabida necesidad humana la de otorgar sentido, incluso por medio de aparatosos procesos de ritualización, aunque no haya nada que significar. Es la exigencia de alimentar el fuego que, mientras quema, construye. Un paisaje gris ceniza, una carretera, andar, vivir. Un ensayo repetido infinitamente del que ‘todas las variaciones son válidas, incluida esta” como apunta Esther Ferrer. Entre todas, anhelamos hallar aquella paródica subversión que consiga transformar lo real en algo más llevadero, soportable.

La escritura de McCarthy en esta novela ha sido acertadamente comparada con la de Samuel Beckett. Aquí nos interesa destacar su extrema economía de palabras y la repetición. La combinación de unos contados elementos desarrolla el relato que avanza paso a paso y acompaña a los protagonistas en su periplo; una limitación que aproxima la lectura a una oración, con un ritmo casi místico, como una especie de ritual.

Algunos estudiosos de Beckett hablan de endlessly repeated reenactment. Elizabeth Drew y Mads Haahr consideran que en Lessness de Beckett, su autor explora un proceso de lectura no lineal, usando permutaciones aleatorias para ordenar las frases. La versión que publicó en 1969 contiene dos posibilidades de entre 8.3 x 10⁸¹ versiones posibles para ordenar las sesenta frases que componen el texto. A partir de aquí, los investigadores han desarrollado un programa informático que permite generar las restantes permutaciones posibles de la obra.

En nuestro continúo desplazar e interrogar las obras de los 20 artistas de la exposición Eating a vegan sandwich on the train while listening to country music, hemos avanzado como si fuéramos una rodilla porque queremos llegar a tomar decisiones como una rodilla. Pensar a través del movimiento continuo, como una articulación que permite doblar, estirar, rotar y ejercer de pivote. La exposición que ahora ocupa el espacio del L21 Lab es solo una entre innumerables posibilidades de recorrido, instalación, distancias, alturas, textos y conversaciones. Un respiro hondo y agradable que los artistas nos regalan porque, pese a todo, seguimos en la carretera.

Francesco Giaveri