Hunters and trees
Jordi Ribes
26 Marzo - 29 Abril, 2022

Hunters and Trees, exposición de Jordi Ribes. Vista de la instalación en L21 Factory, 2022.

Hunters and Trees, exposición de Jordi Ribes. Vista de la instalación en L21 Factory, 2022.

Hunters and Trees, exposición de Jordi Ribes. Vista de la instalación en L21 Factory, 2022.

Hunters and Trees, exposición de Jordi Ribes. Vista de la instalación en L21 Factory, 2022.

Hunters and Trees, exposición de Jordi Ribes. Vista de la instalación en L21 Factory, 2022.

Hunters and Trees, exposición de Jordi Ribes. Vista de la instalación en L21 Factory, 2022.

Hunters and Trees, exposición de Jordi Ribes. Vista de la instalación en L21 Factory, 2022.

Hunters and Trees, exposición de Jordi Ribes. Vista de la instalación en L21 Factory, 2022.

JORDI RIBES
two trees, 2021
Óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

JORDI RIBES
Hunter 3, 2021
Óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

JORDI RIBES
Hunter 5, 2021
Óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

JORDI RIBES
Hunter 1, 2021
Óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

JORDI RIBES
One tree, 2021
Óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

JORDI RIBES
Hunter 2, 2021
Óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

JORDI RIBES
Three trees, 2021
Óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

JORDI RIBES
Hunter 4, 2021
Óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

Las pinturas de Jordi Ribes nos conducen hacia el mundo de la infancia o, mejor dicho, hacia su imaginario. Un espacio poblado de ensoñaciones y misterios, donde es posible jugar todo el tiempo. Sin embargo, una vez atrapados por la calidez aterciope- lada de la superficie de sus lienzos, percibimos, de repente, que esta dimensión fantástica tiene más bien poco de idílico.

 

Muchos de los motivos de su pintura se agrupan alrededor del tema del viaje. El artista realiza series de pinturas que podrían continuar indefinidamente, de manera análoga a las aventuras de muchos personajes que aparecen en sus lienzos. “Es cuando nos desplazamos que ocurren cosas”, apunta el artista. Quizá sean viajes iniciáticos o escenas metafóricas, o bien ambas cosas al mismo tiempo.

 

Debidamente equipados (con machetes, sombreros de explorador, mochilas, …), rodeados de entornos inhóspitos y aislados en un terreno hostil (un paisaje desconoci- do, una selva profunda, un pantano, una vegetación tan copiosa que parece de otro planeta, arboles cortados abruptamente, …), sus protagonistas, héroes de juguete, únicos aunque infinitamente reemplazables, avanzan hacia lo desconocido. Personajes sin rostro, solos frente a un peligro, deseosos de aventura. Cuerpos sintetizados al borde de la abstracción, aunque con latente humanidad, pese a no reconocer su género ni determinar su individualidad.

 

La pintura figurativa del artista barcelonés se gesta en un escenario suspendido, estructurado gracias a una contención radical de sus elementos principales. La ficción se articula a través de volúmenes reducidos a formas simples y colores encendidos por tonos fluorescentes. Los elementos se enlazan entre ellos, y las figuras, repetidas muchas veces, se convierten en personajes. La infancia es también un tiempo de exploración del mundo y de sorpresas. La repetición incrementa la pulsión hacia lo desconocido: ¿Qué hay al otro lado del espejo? ¿Es ahí donde hallaremos lo que nos amenaza, sin mostrarse del todo? Afortunadamente, al otro lado también puede darse una situación ideal. La aventura ha comenzado, el deseo nos mueve a dar un paso más, a desplazarnos. Es entonces cuando ocurren cosas.

 

La pintura de Ribes, pulcra en el trazo y virtuosa en uso del color, propone situaciones encantadas. La calidad de sus superficies nos atrapa. Cuando despertamos del sueño, del hechizo al que su alquimia pictórica nos ha conducido, es demasiado tarde para volver ahí donde es posible jugar todo el rato.

 

Francesco Giaveri

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