Don’t disturb me, I’m blooming
Alicia abrió la puerta y se encontró con que daba a un estrecho pasadizo, no más ancho que una ratonera. Se arrodilló y al otro lado del pasadizo vio el jardín más maravilloso que podáis imaginar. ¡Qué ganas tenía de salir de aquella oscura sala y de pasear entre aquellos macizos de flores multicolores y aquellas frescas fuentes!
Carroll, L. (2011). Alicia en el país de las maravillas. CURRIDABAT, Costa Rica: Editorial Legado.
Es un soleado sábado por la mañana, en medio de mis vacaciones de verano, me adentro en el jardín. Aquí me encuentro: “Don’t disturb me, I’m blooming”. Es un momento de metamorfosis en el que el cuerpo se impregna de energía y todo deviene una explosión de naturaleza envuelta en vibrantes colores y embriagantes aromas. Las obras presentadas por la artista Fátima de Juan (Palma de Mallorca, 1984) suscitan sensaciones oníricas, recuerdos. La sala 1 de L21 Barcelona nos abraza y transporta al capítulo “Árboles y flores” de las “Silly Symphonies” (Disney, 1932). Nos hace viajar hasta el País de las Maravillas (Lewis Carroll, 1865). Para este proyecto, Fátima de Juan transforma el espacio expositivo en un escenario fresco, de olores y colores soñados que nos prepara y acompaña en esta evolución hacia la florescencia y la abundancia.
En esta ocasión, las mujeres de Fátima transmiten un mensaje de serenidad y autocuidado. Sus ojos relajados y uñas enfundadas contagian la paz que conlleva dejar de pelear al iniciar una nueva etapa. Adentradas en sus “Flower fortress” (2023), ellas transportan a un estado de contemplación y conexión con la naturaleza, recordando la importancia de detenerse y apreciar el entorno natural dentro del caos. La lucha ha terminado.
A través de sus obras, De Juan revela el esplendor de las flores, auténticas joyas efímeras de la naturaleza que siguen sus propias leyes y ritmos, ajenos a los nuestros. Estas, brindan valiosas enseñanzas e incitan a reflexionar sobre la gestión del tiempo y la confianza. Los procesos lentos se vuelven hermosos en su incesante contemplación, al igual que el cocodrilo de Fátima, regocijado en un fresco jardín en la obra “Don’t disturb me, I’m blooming” (2023), que riega y bautiza este nuevo proyecto.
Los hipnotizantes ojos de las pinturas «Family Tree» encabezan estos candelabros vegetales que emergen desde el suelo hacia el cielo, remitiéndonos al gótico. Transmiten ese reinicio cíclico de la semilla que crece a su propio ritmo y de esa manera impulsan hacia lo fantástico y lúdico, demostrando imaginación. Nos preparan para la fotosíntesis, un proceso más orgánico y lento, un baile al ritmo de «Plantasia» (Mort Garson, 1976). Las plantas invitan a detener el tiempo y a apreciarlo como un regalo. Animan a fragmentarlo en pequeños deleites, a reducir la aceleración y a encontrar la plenitud en la serenidad. Estas obras son un regreso al humor derivado de la tranquilidad, es un regreso a la lentitud mediterránea a través del lenguaje de la artista.
The sensitive urge to grow roots to ground my emotions. La sensible urgencia de echar raíces para enraizar mis emociones.
The sensitive urge to lie down in the flowers. El sensible impulso de tumbarse entre las flores.
The sensitive urge to feel most at Home in wild places. El impulso sensible de sentirse más a gusto en lugares salvajes.
Las obras de Fátima de Juan despiertan sensibilidad e invitan a sumergirse en un mundo donde naturaleza e imaginación se entrelazan. Recuerdan la importancia de cuidar y apreciar nuestro entorno, así como de cultivar nuestra propia transformación y crecimiento interior. En esta ocasión, Fátima se adentra en un jardín de sensaciones donde la naturaleza se convierte en un catalizador de evolución personal. En medio de un mundo acelerado, estas pinturas convidan a detenernos, respirar y permitirnos florecer en nuestra propia autenticidad. Nos regalan un momento de introspección y conexión con lo esencial, inspirándonos a abrazar nuestra florescencia y a encontrar la belleza en los pequeños detalles de la vida.
“Don’t disturb me, I’m blooming” es la fotosíntesis de la artista Fátima de Juan.
Raquel Victoria