El título de la exposición “Sofa Kit”, que fonéticamente puede entenderse como “so, fuck it”, podría parecer el chiste de apertura de un show de stand-up comedy. No resulta extraño que esto suceda, ya que es frecuente para el artista escuchar monólogos en el estudio, y de un modo inevitable ese humor se filtra a través de la pintura y va calando lentamente en el trabajo de Gao Hang.  

Desde un punto de vista puramente estructural, las partes que conforman un cuadro: madera, tela, grapas y pintura, son las mismas que se utilizarían para la construcción de un sofá. Claramente, las pinturas de Gao no son un sofá y no pretenden crear ninguna sensación de confort, comodidad o descanso, sino todo lo contrario. Al igual que un humorista mordaz, Hang, establece una conversación con el público en la que desafía la corrección política y las creencias generales a través del absurdo. Obras como “Your cyber wife is your son” demuestran la comprensión sarcástica que hace el artista del mundo virtual y su lenguaje.

El artista navega por internet con la misma mirada con la que paseaban muchos artistas de vanguardia a principios del S.XX, tratando de encontrar objetos susceptibles de convertirse en Ready-made. Él entiende los gráficos 3D como “objetos encontrados” del S.XXI y lo que le fascina de ellos es la crudeza, extrañeza y torpeza de los mismos.

Inspirado por el modelado 3D y el renderizado gráfico de los juegos de ordenador de los últimos 20 años, su obra reflexiona sobre el hecho de como la espectacularidad gráfica de una época concreta puede acabar siendo considerada cruda, simple, primitiva o ridícula en poco tiempo a medida que evoluciona la imagen digital.

Pese a ser un pintor figurativo, renuncia a toda interpretación narrativa que se pueda hacer sobre sus pinturas y se defiende a sí mismo como un pintor de “campos de color”. Al observar obras como “Sisyphus figured it all out” o “Man Talking” es fácil olvidar lo que uno cree estar viendo y acabar inmerso en un mundo de planos de colores vibrantes y ángulos puntiagudos, dos cualidades que cualquier persona razonable evitaría a la hora de elegir un sofá…

Enrique Suasi